miércoles, 17 de abril de 2013

"De la pólvora al incienso"



"De la pólvora al incienso"

En un tumultuoso pasado de nuestra Nación se vivía al ritmo  ensordecedor del tronar del fusil. Parecía que los términos: dictadura, militarización y guerrilla eran los más presentes en días de violencia interminables. Por fin, la democracia se asomó como una dulce aurora de paz luego de oscura y cerrada noche de sangrienta insensatez.
Nuestra historia prosiguió su curso, como continuó el planeta girando en torno al sol. La argentinidad se continúo gestando de la mano de un pueblo bueno y generoso. Pero, por designio del todopoderoso, de las estrellas inmaculadas del cosmos o de los vientos salutíferos del espíritu sin fin llegó
el 13 de marzo en el que nuestro cardenal, Jorge Bergoglio, fue elegido como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica.  Entonces, Jorge Bergoglio pasó a ser simplemente FRANCISCO. Así, sucedió que la autoestima nacional de creyentes y escépticos toco su pico más alto de realización. Todos sintieron que “uno de los nuestros” pasaba a ser desde ahora UNO DE TODOS. Detrás de la universalidad del jefe de la cristiandad, veíamos flamear más augusta que siempre nuestra  querida bandera desbordada de luz.
Somos testigos de un tiempo singular para la Iglesia Católica, somos parte de una humanidad que está inmersa en un proceso de profundos cambios y nuestra Argentina, de la mano de FRANCISCO, es llamada a liderar este proceso espiritual mundial.
En poco más de un mes, el Santo Padre dio continuas y contundentes señales de un benigno y profundo cambio en la acartonada vida del Vaticano. Humildad, compromiso con los pobres, establecerse en la alegría, no dejarnos ganar por la pesadumbre fueron sus primeras y fundamentales pautas de acción. El primer Papa jesuita, el primero del continente Americano, es argentino y próximo a nuestra cultura social-política-espiritual.  Desde su simpatía futbolística, pasando por su compromiso social que jamás lo alejó de la acción política que él consideró correcta, hasta su indecible forma de vivir la FE.
FRANCISCO testimonia los valores de nuestra gloriosa Nación Argentina, nosotros debemos tomar este hecho sublime y singular con profundo compromiso. Dejar de ser testigos de los sucesos para convertirnos en protagonistas de este nuevo tiempo de transformaciones hasta hace poco insospechadas.
En la vida de nuestra Nación nada será igual después del 13 de marzo del 2013, ya que el máximo dirigente mundial es para nuestra vida un norte imposible de ignorar. Una referencia que nadie deja de mirar. Un ejemplo de esto son las declaraciones del senador Aníbal Fernández que expresó que si antes parecía difícil tratar la ley del aborto, ahora parecería imposible. Como este hecho abundan muchos más, ya que el mundo todo posee una nueva referencia mundial, y en especial los argentinos tendremos una “consulta” obligada desde la política para tener en cuenta en los días que se avecinan.



El Santo Padre FRANCISCO es la muestra genuina de un proceso de evolución permanente de la humanidad. La presencia de nuestro Papa induce al diálogo, a la tolerancia, al compromiso con los pobres y necesitados. Es un puente de la violencia a la paz. Patentiza un proceso que no dudamos en ejemplificar de la pólvora al incienso.

Deseamos finalizar con uno de sus profundos conceptos que diagnostica un yerro cultural de nuestro tiempo:

”En la voracidad insaciable de poder, consumismo y falsa eterna juventud, los extremos débiles son descartados como material desechable de una sociedad que se torna hipócrita, entretenida en saciar su "vivir como se quiere" (como si eso fuera posible), con el único criterio de los caprichos adolescentes no resueltos”



     Máximo Luppino
Pte HCD San Miguel

publicado en El Embudo

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